Lo que no sabías de la Torre de Pisa
Por su belleza, historia y fortuna, la torre de Pisa fue nombrada Patrimonio de la Humanidad en 1987.
Este monumento, concebido como un campanario, se enmarca en el estilo románico de la Edad Media italiana.
La torre de Pisa comenzó a inclinarse tan pronto se inició su construcción. Sin embargo, esto no solo no detuvo el empeño y el orgullo de aquella ciudad, sino que más de 800 años después, la torre sigue de pie junto a la catedral o Duomo de Pisa, afirmándose como un auténtico milagro arquitectónico.
Fue el 9 de agosto de 1173 cuando comenzaron los trabajos de construcción de la torre de Pisa. En este período, se levantan la base y los primeros tres pisos o logias de la torre. Sin embargo, se llegado este punto de la torre empieza su proceso de inclinación en dirección al norte.
La causa estará en dos factores claves. El primero de ellos se relaciona con las características del suelo. El terreno de emplazamiento era arcilloso y arenoso. El segundo aspecto tenía que ver con el proyecto arquitectónico. En efecto, la base del edificio apenas tenía una profundidad de tres metros, lo que resultaba insuficiente para emplazar la torre en un terreno de semejantes características. Sin soluciones inmediatas que aportar, se decidió detener la construcción por primera ver en 1178.
Transcurrieron casi cien años para que el proyecto fuera retomado. Será a partir del año 1272 que se culmine el cuarto piso y se añadan más niveles, los cuales se dispusieron en una inclinación opuesta al fin de corregir el desequilibrio.
Para ese momento, la torre había alcanzado un peso aproximado de 9,5 toneladas. Pero esta vez, la torre comenzó a inclinarse hacia el lado contrario, en dirección sur. Para contener este proceso, colocaron materiales pesados en la sección norte, estrategia insuficiente para enderezar el edificio, así que el trabajo volvió a interrumpirse en 1278.
Los trabajos de construcción de la torre se reiniciaron en el año 1360, lo que representa unos 82 años de espera. Este último esfuerzo hizo posible su culminación en 1370. La torre alcanzó su forma definitiva con el remate final del campanario.
Con el transcurso de los siglos, muchos han sido los esfuerzos por evitar el desplome de la torre de Pisa. Se han formado varias comisiones a lo largo de la historia, la primera se remonta al año de 1298, con el propósito de encontrar la mejor solución.
Algunas de las alternativas intentadas solo agudizaron el problema, hundiendo e inclinando más la torre. A esto se sumó que, en 1944, un bombardeo aliado por poco la destruye.
Con el tiempo, se retomaron los esfuerzos por proteger el monumento. En 1972 el Gobierno italiano convocó a un concurso para proteger la torre sin que su inclinación tuviera que ser corregida.
La disputa por corregir o no la inclinación había comenzado. A pesar de ello, cualquier postura a favor o en contra se enfrentaba a una realidad incontestable: ni se podía dejar la torre como estaba, ya que corría el riesgo de desplomarse, ni se podía enderezar totalmente. No solo resultaría desaconsejable enderezar la torre por completo, sino imposible.
Entendido esto, fue necesario cerrar la torre al público por espacio de once años para obras correctivas y preventivas. En ese período, lograron reducir la inclinación de 5,5º a 5º, lo que constituye un paso extraordinario. Hoy, la torre de Pisa vuelve a estar abierta para los visitantes de todas partes del mundo.
Imagen.
La Torre de Pisa en la ciudad italiana homónima fue construida en un suelo de sustrato arenoso que provocaría su inclinación. Su altura original era de 60 metros y hoy mide 56,67 metros desde la base en el lado más alto y 55,86 desde su lado más baja.
Agencias