Discriminación en la CDMX por portar indumentaria Triqui
Discriminación en las calles de la CDMX por portar la indumentaria Triqui de Chicahuaxtla por un oficial de Policía.
San Andrés ,Chicahuaxtla, Puntla Villa de Guerrero, Oaxaca a 31 de octubre de 2022.
Asunto: Denuncia por discriminación por parte de un oficial de Policía.
A quien corresponda:
El día 28 de octubre en la Av. 5 de mayo, alrededor de las 10:45 a.m. en el Centro Histórico de la Ciudad de México, cuando me dirigía a la ceremonia de premiación del Concurso Gran Premio Nacional de Arte Popular 2022, celebrado en el Museo de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público en la calle de Moneda N. 4, en el que me entregarían el Premio Especial a la Mejor Obra de Innovación con tradición. Pieza «Cotón Nánj M’in», un oficial de policía de nombre Román Miranda con número de placa 526409 nos bloqueó el paso, a mi hermana y a mí, posicionándose enfrente de nosotras de manera intimidatoria y nos ordenó dirigirnos a otra calle, ya que asumió que nos dirigíamos a la plancha del Zócalo Capitalino a «vender», es decir, nos consideró vendedoras ambulantes.
Enseguida comenzó a preguntarnos sobre lo que llevábamos en una bolsa de mano y en una bolsa ecológica, ya que mencionó que tenían instrucciones de hacerlo. Nosotras por un momento no entendíamos a qué se debía que nos hubiera bloqueado el paso y nos estuviera haciendo tantas preguntas sobre lo que teníamos en nuestras bolsas; sin embargo, conforme continuó hablando fuimos comprendiendo que nos detuvo por portar nuestra indumentaria tradicional de la etnia Triqui de Chicahuaxtla, ya que nos relacionó con otras mujeres Triquis que tienen que ejercer el comercio informal en la CDMX para subsistir.
Por su insistencia, tuvimos que demostrarles que no íbamos a vender y les tuvimos que explicar que nos dirigíamos a un evento de la Secretaría de Cultura y fue hasta que les mostramos la invitación y la documentación comprobatoria, además de haberles tenido que mostrar lo que llevaba en el bolso de mano y en la otra bolsa donde solo incluía el folder con documentación y una cobija (rebozo) que es parte de mi indumentaria, nos dejaron continuar nuestro camino.
El oficial no quería aceptar que estaba incurriendo en un acto de clara discriminación hasta que lo dijo muy claramente: «a lo que me refiero es que siempre los que venden, vienen vestidos así (señaló la indumentaria que portábamos)» y reafirmó que se refería a los que se ponen a vender en la plancha del Zócalo diciendo:
«se les conoce como los famosos Triquis». A lo cual respondimos que en efecto somos parte de esa etnia, pero que nosotras no nos dedicamos a la venta informal.
En un momento se acercó otra oficial de policía, la cual se negó a dar su nombre y solo mencionó que se acercaba porque se dio cuenta de que «estábamos alegando» con su compañero y nos sugirió que, en futuras ocasiones, pidiéramos un pase para poder transitar de manera libre para que no nos detengan, y ante el cuestionamiento de por qué teníamos que hacer eso respondió: «porque luego cierran».
Ante los hechos ocurridos, la actitud de los oficiales, sus señalamientos y las respuestas que nos dieron cuando les preguntamos por qué nos trataban de esa manera, nos sentimos discriminadas por nuestra forma de vestir y por pertenecer a la etnia Triqui. Nosotras portamos con orgullo nuestro traje tradicional, pero ahora tenemos miedo de portarlo e incluso de decir a qué etnia pertenecemos, ya que eso significa que pueden violar nuestros derechos constitucionales como ciudadanas, por ejemplo, lo que menciona el artículo 11 de nuestra Carta Magna, que a la letra dice:
«Toda persona tiene derecho para entrar en la República, salir de ella, viajar por su territorio y mudar de residencia, sin necesidad de carta de seguridad, pasaporte, salvoconducto u otros requisitos semejantes», puesto que ahora, si quiero transitar libremente lo puedo hacer, pero sin portar mi huipil a menos que me den un pase para poder hacerlo. ¿Es acaso un crimen portar la vestimenta de la etnia de la que soy originaria?.
En algunos momentos el oficial Miranda se disculpó, no obstante, no nos parece que lo dicho sea suficiente para que nosotras volvamos a sentirnos seguras de transitar por la Ciudad con nuestro huipil, por lo tanto, requerimos que toda la policía o todos los miembros del gobierno de la CDMX sean debidamente capacitados y reciban cursos de sensibilización, para tratar de manera humana y respetuosa a todas las personas, con énfasis en aquellas que pertenecemos a alguna cultura originaria.
Confirmamos que como mujeres seguimos siendo víctimas de discriminación y racismo por parte de la seguridad pública, debido a que en lugar de brindarnos confianza por ser los encargados de «preservar y proteger el orden público, la integridad personal y los bienes de toda la población», ahora nos tenemos que cuidar de ellos, por lo menos los pertenecientes a la etnia Triqui, por portar nuestro traje tradicional.
Mi residencia está en la comunidad Triqui de San Andrés Chicahuaxtla, Putla Villa de Guerrero, Oaxaca; viajé a la Ciudad de México solo para asistir a este evento donde fui invitada y premiada, esto no es la primera vez que me sucede, hace un año algo muy similar pasó en la Ciudad de Oaxaca, donde un oficial de la policía actuó de esta misma manera. Por tal motivo reitero que siendo una mujer indígena que porta el huipil que me identifica como Triqui es ahora causa de ser discriminada y tratada como criminal, por los oficiales de la seguridad pública.
Por último, es importante mencionar que la mayor parte de los hechos que acabo de narrar fueron grabados, por lo que cuento con las evidencias suficientes para demostrar lo acontecido.
Agradezco de antemano sus atenciones a mi denuncia.
Respetuosamente
Yatahli Otilia Rosas Sandoval Triqui Triqui Triqui Triqui
Puedes ver el video aquí