Crecen nacimientos entre niñas menores de 15 años
Tras registrar un descenso entre 2012 y 2014, los nacimientos entre niñas menores de 15 años comenzaron a aumentar anualmente; sólo el año pasado sumaron 9 mil 185.
Oriunda de Tehuantepec, Oaxaca, Montserrat tenía 13 años cuando tuvo que dejar de estudiar porque su mamá le dijo que ya era mujer y “las mujeres tienen que hacer tortillas, trabajar y esas cosas”. Su madre también le reiteraba que como mujer “sólo podía casarse, atender a su marido y tener hijos”.
Poco tiempo después de terminar la primaria conoció a su esposo Ray, tres años mayor que ella; a la postre, quedó embarazada. Aunque Montserrat tuvo la idea de abortar, la presión de su pareja y su familia la orillaron a tener al bebé. nacimientos, nacimientos, nacimientos, nacimientos, nacimientos
Ella es una de las tantas niñas que antes de los 15 años se convierten en madres; desde 2014 estos nacimientos han aumentado por decenas en el país; mientras en ese año se registraron 8 mil 849 casos, a lo largo de casi una década éstos han incrementado anualmente hasta llegar a los 9 mil 185 nacimientos de bebés en 2022.
De acuerdo con el Consejo Nacional de Población (Conapo) en México nacen diariamente -en promedio- más de mil bebés de niñas y adolescentes menores de 19 años. Además, en el caso de los 9 mil 185 bebés de niñas menores de 15 años, el 98 por ciento de ellas tenía entre 13 y 14 años al momento de parir.
En contraste, los progenitores de estos nacimientos generalmente son de mayor edad; 37 por ciento tienen entre 15 y 19 años y 18.6 por ciento se ubican entre los 20 y 24 años. Asimismo, estos casos ocurren con más incidencia en entidades como Chiapas, Coahuila, Guerrero y Veracruz.
El Conapo expone que algunos de los factores que agravan estas situaciones son la pobreza y la exclusión; la falta de oportunidades de desarrollo económico y social de las familias, y la ausencia de un sistema nacional de cuidados.
Asimismo, advierte que “los embarazos por violación son expresión de la grave descomposición del tejido familiar y social”. Incluso sostiene que esto se origina debido al incesto y al abuso sexual por parte de familiares y conocidos.
De acuerdo con la Segunda Fase de la Estrategia Nacional para la Prevención del Embarazo en Adolescentes (ENAPEA) 2021-2024, 14.7 por ciento de quienes fueron madres en la niñez refieren que su embarazo fue por convencimiento, coerción o violación.
Entre los embarazos de niñas y de adolescentes, el Conapo reconoce que los que ocurren entre los 15 y 19 años, aunque no necesariamente son oportunos, en casi la mitad de los casos suelen ser deseados.
Matrimonio Infantil en México afecta a una de cada cinco mujeres
El Conapo sostiene que una de las situaciones que desencadena el embarazo entre niñas y adolescentes es el matrimonio infantil, una problemática que continua existiendo en México por usos y costumbres de algunas comunidades del país, incluso aunque es una práctica penada desde 2019.
Aunque en el país el matrimonio civil antes de los 18 años es ilegal, el matrimonio cultural es una práctica frecuente en menores de edad, señala el Consejo Nacional de Población. Esta práctica afecta a una de cada cinco mujeres que son casadas antes de cumplir la mayoría de edad.
En plena etapa de desarrollo entre la infancia y la adolescencia, miles de niñas son sometidas a unirse en matrimonio cultural, lo que trunca el resto de su crecimiento por adquirir responsabilidades en un hogar. Incluso, en estados como Guerrero, Tabasco, Chiapas y Michoacán, la incidencia de matrimonio infantil y adolescente con una de cada tres mujeres.
Ante este contexto, el Conapo cuestiona que en algunas comunidades rurales, continúa practicándose ofrecer a las hijas en matrimonio a partir del arreglo entre los padres a cambio de algún beneficio y en muchos casos estas situaciones son validadas por las autoridades comunitarias.
Estimaciones del consejo apuntan que 3 por ciento de las mujeres de entre 20 y 24 años en zonas urbanas, se unieron en una relación afectiva antes de cumplir los 15 años. En contraste, para las zonas rurales, la estadística aumenta a 6 por ciento; así como hasta 8 por ciento en regiones donde predomina una lengua indígena.
