Cómo elegir un deporte a tu medida
Debemos, a la hora de elegir un deporte, comprobar si está de acuerdo con nuestro carácter, elegir una opción a tu medida.
Realizar un deporte supone el desarrollo de una o varias funciones dominantes y esto hay que tenerlo en cuenta a la hora de decantarse para realizar una buena elección.
Algunos deportes parecen accesibles a todos. Otros, sin embargo, merecen ser estudiados con cuidado, ya que provocan con más facilidad lesiones, como microtraumatismos o, incluso, sobrecargas peligrosas. En primer lugar debemos preguntarnos que objetivo perseguimos, ¿la competición o la diversión?
Todos los deportes suponen el desarrollo de una o varias funciones dominantes y esto hay que tenerlo en cuenta a la hora de hacer una buena elección.
Según los casos exigirán más o menos habilidad, fuerza, velocidad, coordinación, resistencia y resistencia sostenida.
Estos deportes exigen un esfuerzo moderado que consigue un entrenamiento de las funciones cardiacas, respiratorias, musculares y articulares. medida medida medida medida medida medida medida
Caminar, nadar, montar en bicicleta y el esquí de fondo encabezan la clasificación de los deportes más practicados, y esto es lógico, ya que estos deportes son el reflejo del sentido común de quien los practica, además se pueden iniciar a cualquier edad y se pueden practicar al ritmo de cada cual».
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Las actividades deportivas que exigen puntería, coordinación y resistencia sostenida, pueden emprenderse a cualquier edad, mientras que las que demandan velocidad, fuerza o resistencia, deberían ser evitadas a partir de una determinada edad.
A la hora de elegir un deporte, también debemos ver si está de acuerdo con nuestro carácter.
Debemos conocer cómo somos, si nos estimulan las dificultades de las que otros huyen como la peste, si somos proclives a esperar antes que actuar o, por el contrario, somos impulsivos por naturaleza. ¿Nos emocionamos enseguida, estamos a gusto en grupo, nos atrae o nos provoca rechazo un programa a largo plazo?
Estas son las preferencias que definen nuestra personalidad y nos pueden ayudar a realizar una buena elección.
Las personas apasionadas se sienten inclinadas a los ejercicios de resistencia y de resistencia sostenida y le irán bien deportes como la bicicleta, remo, esquí de fondo, carrera.
Además, por el carácter optimista y el dominio de si mismo, le harán emprender tareas a largo plazo y entrenamientos que exigen entrega.
Las personas sanguíneas se sienten atraídas por el desgaste físico, no se esfuerzan para practicar el ejercicio que sea, pero lo hacen sin pasión, les va bien el senderismo, el golf, regatas etc.
A las personas sentimentales, les encanta replegarse sobre sí mismos y piensan con facilidad que los ejercicios físicos no están hechos para ellos, ya que les acecha el síndrome de la inactividad, es decir, ganas de no hacer nada, y por ello es conveniente que elijan actividades de grupo, agradables y cálidas, como marchas a pie, esquí de fondo o tiro con arco.
Las personas nerviosas tienen tendencia a pasar de una actividad a otra y tienen dificultades para practicar deporte de manera continuada, se dejan seducir por un nuevo ejercicio y también ceden con rapidez al aburrimiento.
Necesitan experimentar nuevas sensaciones y emociones. Suele irles bien la practica de numerosas actividades físicas y deportivas complementarias según la estación del año y que se desarrollen al aire libre.
Les beneficia la relación con los animales o la pesca, también la jardinería. Las personas flemáticas tienen tendencia a evitar las actividades violentas y, en especial, de los deportes colectivos.
Sienten inclinación por las actividades intelectuales y le gustan los deportes que requieren estrategias, tienen una cierta inclinación a la rutina y por ello hacen muy bien los entrenamientos que requieren constancia.
Las personas coléricas corren el riesgo de excederse en los entrenamientos y, por ello, son propensos a los pequeños accidentes. Deberían de modular su actividad física alternando periodos de ejercicios intensos con periodos de descanso. Su emotividad es un obstáculo para deportes de riesgo, ya que puede jugarle malas pasadas.
Las personas apáticas tienen facilidad para aprovechar el más mínimo momento de descanso para no hacer nada. Su salvación viene de la mano de un grupo de gente cálida que actúe de locomotora, les convienen todos los deportes y si se ponen a ello, alcanzan un buen nivel, pero lo que necesitan es crearse hábitos y ser perseverantes.
Las personas amorfas sienten inclinación por la inactividad física y tienen además una tendencia a despreocuparse por su forma y salud, huyen de las responsabilidades y les gusta obtener una satisfacción inmediata a sus esfuerzos. Necesitan, por ello, integrarse en un grupo de deporte, ya que se les tacha de cerrados pero con buen carácter. Deben elegir deportes sencillos con un componente dominante de diversión en grupo como son la marcha, bicicleta, vela, golf, pesca.
Clínica Universidad Navarra