Columnas

IA: el arte de no contradecir

IA: el arte de no contradecir

Reconocer” Por: Luisa Leticia Pérez Medina

Martes 16  de diciembre del 2025.

Después de aceptar que la IA es una cortesana generosa —siempre dispuesta y atenta— descubrimos que no solo nos seduce: nos acomoda. Nos guía por pasillos hechos a nuestra talla emocional, confirmando lo que queremos ver dentro de un universo de información que parece infinito. La interacción, la búsqueda y el algoritmo hacen la magia: organizan la navegación, seleccionan el contenido y construyen recorridos cómodos, donde casi nada contradice y todo parece tener sentido.

Y ahora conviene bajar el ritmo, respirar hondo y mirar con un poco más de atención. Porque no todo lo que nos rodea en estos pasillos digitales es lo mismo, aunque desde dentro se sienta igual. Para entender cómo llegamos a estos recorridos tan cómodos, vale la pena distinguir dos conceptos que suelen confundirse: la burbuja informativa y la cámara de eco. No son sinónimos ni aparecen al mismo tiempo, pero ambos explican por qué, mientras más navegamos, más estrecho puede volverse el mundo que vemos.

OkeyVoz

La burbuja informativa aparece cuando empezamos a ver siempre lo mismo: noticias parecidas, ideas conocidas, voces que no nos contradicen. No porque lo demás no exista, sino porque el sistema aprende qué nos gusta y deja de mostrarnos lo que no encaja. La cámara de eco va un paso más allá: ahí no solo vemos lo mismo, también escuchamos lo mismo repetido una y otra vez, hasta que cualquier idea distinta empieza a parecernos exagerada, equivocada o innecesaria. En la burbuja dejamos de mirar afuera; en la cámara de eco, dejamos de confiar en lo que viene de fuera.

En la vida diaria, la burbuja informativa es cuando solo lees reseñas que confirman que hiciste una buena compra y casi nunca te aparecen opiniones distintas; la cámara de eco es cuando, si alguien te dice que ese producto no sirve, piensas de inmediato que exagera o que no sabe usarlo. En la primera te rodeas de coincidencias; en la segunda, descartas la diferencia.

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Ahora que lo sabemos, la pregunta no es si el algoritmo nos encierra ni si la tecnología tiene la culpa. La pregunta es más doméstica: ¿Qué vamos a hacer con esta comodidad tan bien diseñada? ¿Seguiremos agradeciendo que nos confirmen todo o nos animaremos, de vez en cuando, a leer algo que no nos caiga tan bien?

Quizá Reconocer hoy sea eso: aceptar que el pasillo es cómodo… y decidir, aunque sea por curiosidad, abrir una puerta que no estaba pensada para nosotros.

Soy Leticia Pérez, instructora de Informática en ICATEQ, Plantel San Juan del Río, donde entrelazamos la tecnología y la valía humana para transformar historias y abrir caminos.

 

 

 

 

 

Luisa Leticia Pérez Medina“Reconocer”

Mtra. Luisa Leticia Pérez Medina, profesora en ICATEQ, plantel San Juan del Río, Querétaro, Desde la frontera entre pantallas y cuerpos, entre aulas y redes, entreteje los hilos de la tecnología y la sociedad con la fe de dejar, en cada lector, una chispa de reflexión sobre cómo habitamos el internet.

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