Tecnología

Amenaza cibernética pone en riesgo el dinero en bancos

Expertos advierten sobre Amenaza cibernética en el desarrollo de apps bancarias que escapan a los controles convencionales

 

En una era donde los bancos tradicionales y neobancos compiten por ofrecer servicios digitales más rápidos y eficientes, surge una nueva amenaza silenciosa que podría poner en riesgo el dinero de millones de usuarios. Se trata de ataques cibernéticos dirigidos no al usuario final directamente, sino al proceso de desarrollo de las aplicaciones bancarias, donde incluso los técnicos y expertos en seguridad pueden no detectarlos a tiempo.

A diferencia de las amenazas conocidas como el phishing o el ransomware, donde los atacantes engañan a los usuarios para que revelen información personal o financiera, esta nueva modalidad se infiltra antes de que la app llegue al dispositivo móvil. Los delincuentes explotan vulnerabilidades invisibles durante las etapas de escritura del código, integración de librerías y automatización del despliegue.

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El eslabón débil: el desarrollo de software

Cuando un usuario descarga una aplicación bancaria, da por hecho que se trata de un producto seguro y validado por su entidad financiera. Sin embargo, el recorrido previo del software involucra una compleja red de pasos técnicos que pueden ser intervenidos sin dejar rastros visibles.

El proceso de construcción de una app bancaria incluye desde la programación del código fuente hasta su compilación, prueba y lanzamiento al público. Durante ese trayecto, puede haber cientos de puntos vulnerables a manipulaciones maliciosas. Esta realidad es especialmente preocupante para fintechs, neobancos y plataformas que priorizan la velocidad de lanzamiento.

El experto Juan Carlos Cepeda, Principal Specialist Solution Architect de Red Hat, advierte: “Uno se imagina que la superficie de ataque es el dispositivo final. Pero resulta que es mucho más amplia. Para que una aplicación llegue a tu dispositivo, alguien la construyó, y hay gente que se dedica a vulnerar ese desarrollo”.

Software contaminado desde el origen

Una de las formas más peligrosas de ataque es la llamada contaminación del software en la fase de construcción. En este escenario, el atacante inyecta código malicioso en los componentes internos de la app sin alterar su funcionamiento visible. El resultado es un “producto final” que parece seguro, pero que incluye funciones ocultas capaces de robar datos sensibles o redirigir operaciones financieras.

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Estos ataques se vuelven especialmente difíciles de identificar cuando el código malicioso se incorpora en librerías externas, frameworks o herramientas de automatización utilizadas por los desarrolladores. Como muchas de estas herramientas son de código abierto o provienen de terceros, su revisión exhaustiva a veces se omite por falta de tiempo o recursos.

Además, la presión por lanzar nuevas funciones en poco tiempo ha llevado a muchas empresas a adoptar procesos de integración y despliegue continuo (CI/CD), que automatizan tareas clave. Si alguna de estas herramientas es comprometida, el atacante puede contaminar múltiples versiones de la app sin ser detectado.

Automatización: ¿aliada o riesgo oculto?

El desarrollo de aplicaciones bancarias modernas depende en gran parte de la automatización de procesos. Scripts, robots y pipelines de integración continua permiten compilar, probar y lanzar apps en ciclos mucho más cortos que en el pasado. Pero esta eficiencia tiene un precio: una mayor superficie de ataque.

Cada nuevo script o tarea automatizada representa una posible puerta de entrada para los atacantes. Al comprometer estos procesos, un cibercriminal puede infiltrarse en el flujo de trabajo y modificar silenciosamente el comportamiento de la app, incluso antes de que sea probada o firmada digitalmente.

Para las entidades financieras, esto representa un desafío de seguridad creciente, ya que no basta con blindar la aplicación final o educar al usuario. Es necesario proteger todo el ecosistema de desarrollo: desde los repositorios de código hasta las herramientas de construcción, pasando por las conexiones entre equipos y servidores.

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Cómo protegerse ante esta nueva amenaza

La solución no está solo en agregar más firewalls o antivirus, sino en adoptar enfoques de seguridad en cada fase del desarrollo, lo que se conoce como DevSecOps. Este modelo busca integrar controles de seguridad desde el primer momento, con herramientas capaces de:

  • Analizar automáticamente el código fuente en busca de patrones maliciosos.
  • Verificar la integridad de las librerías externas utilizadas en el desarrollo.
  • Auditar y monitorear los procesos de automatización y despliegue.
  • Implementar firmas digitales y trazabilidad de versiones.

También se recomienda que los bancos, grandes o pequeños, trabajen con proveedores certificados y mantengan políticas de actualización constante, incluso en etapas internas que no están a la vista del cliente.

Los ataques invisibles a las aplicaciones bancarias representan una nueva frontera en la ciberseguridad financiera. Aunque los usuarios todavía deben cuidarse de estafas tradicionales como el phishing, ahora también están en riesgo por fallas que ocurren mucho antes de que usen la app.

Tanto bancos tradicionales como neobancos deben redefinir sus estrategias de protección, entendiendo que la seguridad no empieza en el teléfono del cliente, sino en la primera línea de código. En un entorno digital donde la velocidad es clave, solo una cultura de desarrollo seguro podrá proteger el activo más valioso: la confianza de los usuarios.

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