Salud

Amaranto: propiedades, beneficios y cómo cocinarlo

Amaranto: qué es y para qué sirve

Aunque para muchos sea un alimento poco conocido, en realidad, el amaranto es un pseudocereal originario de América del Sur, consumido desde la antigüedad, que llegó a ser ingrediente fundamental en la dieta de antiguas civilizaciones precolombinas, como la maya o la azteca.

Por su valor nutricional, cada vez son más las personas que lo incluyen en distintas preparaciones culinarias porque se considera que son numerosos los beneficios que puede aportar a la salud en general.

Si quieres conocer un poco mejor este alimento y todo lo que puede hacer para cuidarte, sigue leyendo este artículo en el que te damos todos los detalles sobre qué es el amaranto y para qué sirve, así como consejos para cocinarlo y también sus contraindicaciones.

El amaranto es una planta cuyas semillas guardan una gran similitud con los granos de cereales como el trigo, el arroz o el maíz. De ahí que, al igual que ocurre con la quinoa, se le considere un pseudocereal. A medida que ha ido siendo conocido, su consumo se ha incrementado porque en su rica composición destacan macronutrientes y micronutrientes esenciales para el buen funcionamiento del conjunto de nuestro organismo.

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Es una fuente natural de proteínas vegetales de alto valor biológico, ya que contiene todos los aminoácidos esenciales y, además, destaca por su elevado contenido en antioxidantes, que ayudan a combatir la acción de los radicales libres previniendo el envejecimiento prematuro de nuestras células.

Calcio, magnesio, fosforo, hierro o zinc son algunos de los minerales que aporta, sin olvidar que también es uno de los alimentos de los que obtener vitaminas del grupo B y una buena cantidad de la fibra que necesitamos a diario. Se trata, por tanto, de un alimento muy completo y nutritivo apto para celíacos al no contener gluten.

Para qué sirve el amaranto

El equilibrio entre los nutrientes del amaranto es lo que dota a este alimento de buenas propiedades. Tomado en su justa medida, puede proporcionar importantes beneficios.

En primer lugar, los granos de amaranto contienen una cantidad considerables de carbohidratos llegando a superar, según la variedad de la que se trate, hasta los 60 gramos de carbohidrato por cada 100 gramos de amaranto. Es, por tanto, un alimento energético ideal para deportistas y también para personas que desarrollan una actividad física intensa, por ejemplo, en el trabajo.

Como hemos señalado, también la calidad de su proteína es un valor que hace recomendable incluirlo en una dieta equilibrada, ya que, ayuda al buen estado de nuestros músculos y en general de todos los tejidos que forman nuestro cuerpo.

La presencia de minerales esenciales hace que también sirva para prevenir o mejorar distintas dolencias. El calcio fortalece los huesos y previene la osteoporosis; el hierro en destacables cantidades hace que sea un buen aliado contra la anemia, tal como señala la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO)[1] y la presencia de magnesio y fósforo contribuye a mantener en buen estado el sistema inmunológico y las conexiones de nuestro sistema nervioso.

Las semillas de amaranto contienen, además. distintos elementos de acción antioxidante, sobre todo flavonoides y vitaminas A y C esenciales para evitar el estrés oxidativo y el envejecimiento celular prematuro.

La fibra que aporta el grano (y también las hojas de la planta) cumple funciones tan importantes como ayudar a regular o evitar el sobrepeso y la obesidad. Aquí puedes conocer más sobre Cómo usar el amaranto para adelgazar.

La fibra también ayuda a mantener una buena salud cardiovascular, resultando beneficiosa a la hora de controlar los niveles de colesterol en sangre, gracias a la presencia de ácidos grasos insaturados, y también la presión arterial.

Cómo cocinar el amaranto

Hay que aclarar que aunque generalmente lo que se consume son las semillas de amaranto, las hojas de esta planta también se aprovechan en algunos países, utilizándolas igual que otros vegetales como las acelgas o las espinacas.

Si lo que quieres es cocinar el grano, hacerlo es realmente sencillo y puedes prepararlo casi igual que cualquier otro cereal como, por ejemplo, los granos de arroz.

Lo más habitual es tomar el amaranto hervido o cocido y para hacerlo, solo tienes que seguir estas indicaciones:

Calcula dos tazas y media de agua por cada una de granos de amaranto.
Ponlos a fuego medio en un cazo y cuando comience a hervir, baja el fuego.
Mantenlo hasta que el grano absorba toda el agua, aproximadamente unos 20 minutos.
Conviene dejarlo reposar unos minutos antes de utilizarlo en la preparación que quieras.
Puedes añadirle las especias que prefieras y tomarlo como saludable guarnición, incorporar los granos en ensaladas o combinarlos con otros cereales, como la quinoa, con frutos secos o incluso con legumbres para obtener un plato de lo más completo.

Contraindicaciones del amaranto

En general, el amaranto no presenta severas contraindicaciones, excepto en el caso de alergia o intolerancia a este alimento. Aun así, como ocurre con cualquier otro alimento su ingesta debe ser moderada, como parte de una dieta saludable.

Tomarlo de manera excesiva podría hacer que su alto contenido en fibra tuviera efectos negativos, especialmente en personas que padecen problemas digestivos o colon irritable. Además, conviene tener en cuenta que la fibra, en principio, es buena y favorece el correcto tránsito intestinal, pero una cantidad excesiva podría desencadenar molestias o dolor de estómago y episodios de acidez, reflujo o diarrea.

Ahora que ya conocer qué es el amaranto y para qué sirve, si te gustan los alimentos de este tipo, como la quinoa, es decir, semillas beneficiosas para nuestra salud en general, siempre que se consuman adecuadamente, quizás te interese conocer estos 11 tipos de semillas comestibles y sus propiedades.

Este artículo es meramente informativo, no tenemos facultad para recetar ningún tratamiento médico ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a acudir a un médico en el caso de presentar cualquier tipo de condición o malestar.

Por Un Cómo. Foto ilustrativa.