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Narcomenudeo arrastra adolescentes a prisión

Entre 2015 y 2021 procuradurías y fiscalías del país imputaron a 28 mil 066 adolescentes por narcomenudeo. Es decir, cada 24 horas 11 jóvenes fueron llevados a proceso por este delito

Entre 2015 y 2021 (último año con cifras al respecto), procuradurías y fiscalías del país imputaron a 28 mil 066 adolescentes por presuntos delitos de narcomenudeo, indican cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Esto significa que cada 24 horas, 11 menores de edad fueron imputados por posesión y venta de drogas.

Aunque la cifra ha ido a la baja desde el año 2018 —cuando la estadística alcanzó su punto máximo—, el número de adolescentes imputados por narcomenudeo en 2021 fue de 3 mil 260, es decir, nueve jóvenes cada día durante ese año.

La Guardia Nacional ha detectado múltiples actividades delictivas en las que niñas, niños y adolescentes (NNA) son partícipes a lo largo del país. Entre todas ellas, existe una que prevalece entre los jóvenes: el narcomenudeo.

El narcomenudeo o la transacción de drogas es una de las actividades en las que más se emplea a NNA reclutados o utilizados por el crimen organizado, asegura el Observatorio Nacional para la Prevención del Reclutamiento de Niñas, Niños y Adolescentes (ONPRENNA). narcomenudeo, narcomenudeo

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El rango de edad de los adolescentes que realizan esta actividad suele ser de los 13 a los 18 años, y principalmente involucra a hombres. La información revela que la venta de drogas suele tener lugar en patios escolares y locales comerciales.

De acuerdo con el ONPRENNA, entre los factores de riesgo que orillan a NNA a ingresar a la delincuencia se encuentra el consumo de sustancias, baja autoestima, violencia de género, violencia familiar, abandono escolar, normalización de la violencia y la falta de oportunidades laborales.

Si bien el reclutamiento y utilización de menores puede tener connotaciones de violencia como el maltrato físico, la privación de la libertad, intimidación, chantaje, amenazas, extorsión y hasta trata; también existen modalidades de captación y persuasión menos agresivas, como la oferta económica y de empleo, o la protección, regalos y convivencia en redes sociales.

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Riesgos del narcomenudeo en menores de edad

Alicia, como pidió ser llamada para salvaguardar su identidad, comenzó a vender drogas a los 16 años, seis meses después de que su consumo de marihuana se volviera habitual. En aquel momento estudiaba en el CCH de la UNAM, y conoció a un dealer, como se le llama a los vendedores de droga en el argot.

Aquel sujeto pretendía algo con Alicia, por lo que poco a poco comenzó a facilitarle la droga. Comenzó siendo un regalo, y después se la vendía más barata. En aquel punto, la adolescente ya era una consumidora activa del cannabis, por lo que, cuenta, decidió que era mejor vender a sus amigos en lugar de tener que compartir la suya.

“Era un ganar ganar, yo continuaba con mi consumo y aparte generaba dinero”, relata. En aquella época su mamá le daba 50 pesos para gastar al día, y salía de la escuela con el doble o triple, según como le fuera en la venta de sus porros y gramos.

Todo iba viento en popa hasta que una tarde, mientras estaba con unos compañeros del CCH Sur, decidió fumar un cigarrillo de marihuana en vía pública. Una patrulla se percató y decidieron revisar las mochilas de los jóvenes. Ahí sintió uno de los temores más grandes de su vida: tenía dentro una bolsa con un kilogramo de marihuana.

“Lo primero que pensé fue en la decepción de ‘mis jefes’ (sus padres). Me dio decepción conmigo misma y miedo por la situación. Recuerdo que estaba temblando de miedo y se me salieron las lágrimas”, recuerda Alicia.

Después de rogarle a los oficiales, pudo librar la situación gracias a que les ofreció su teléfono que recién le habían regalado sus padres, que a la fecha, no saben de aquella situación.

Entre las posibles consecuencias que pudo tener Alicia se encuentra el haber sido detenida e imputada por las autoridades y recaer en algún centro de externamiento o internamiento para menores delincuentes.

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Según el Observatorio, al mando de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, las implicaciones de que adolescentes se involucren en la delincuencia pueden conllevar, además, un impacto a nivel personal, poniendo en riesgo su vida y afectaciones a nivel psicológico y de salud. Además, podría impactar a nivel familiar, como temía Alicia, y hasta comunitario.

Se buscó al ONPRENNA para obtener mayores detalles sobre los jóvenes en centros de externamiento o que enfrentan medidas preventivas, así como conocer más a fondo las acciones que este organismo ha tomado para prevenir esta situación, pero no se obtuvo una respuesta.