La verdadera leyenda de la espada en la piedra
La verdadera leyenda de la espada en la piedra y el rey Arturo
El tema del rey Arturo y arrancando la espada de la piedra a fin de demostrarse a sí mismo que es digno de ser rey de Inglaterra quizás sea la más tergiversada de todas las leyendas artúricas.
Para empezar, en la historia original la espada está incrustada en un yunque que descansa sobre una piedra, no en la propia piedra. Y la espada en cuestión no es Excalibur, como se cree habitualmente, sino un arma completamente diferente.
El escenario habitual para este acontecimiento en las películas de Hollywood es algún lugar de la campiña o lo más profundo de un espeso bosque. Sin embargo, en los romances artúricos compuestos en la época medieval este episodio tiene lugar en el mismísimo corazón de Londres.
La versión más antigua de la historia de la espada y la piedra fue escrita por el poeta borgoñón Robert de Boron hacia el año 1200. De Boron afirmaba haberse basado en un relato mucho más antiguo de la Edad Oscura medieval.
Según este autor, el suceso habría tenido lugar en el camposanto de “la mayor iglesia de Londres.”
Desde la época romana, la mayor y más importante iglesia de la capital británica ha sido la catedral de San Pablo. Aunque San Pablo ha pasado por numerosos períodos de reconstrucción que han culminado en el edificio que podemos ver a día de hoy, erigido a finales del siglo XVII.
Su localización está documentada como sede del obispado de Londres desde la época en que los romanos aún dominaban Gran Bretaña, en el siglo IV d. C. Al ser las catedrales tradicionalmente sedes de los obispados, debe ser cierto que había una catedral en ese lugar, estuviera o no originalmente dedicada a San Pablo, en la época en la que supuestamente vivió Arturo: en torno al año 500.
Sorprendentemente, en la época medieval había realmente una antigua piedra asociada a una espada de poder en el camposanto de San Pablo. Los documentos supervivientes, datados en una época tan antigua como hace once siglos, se refieren a la espada como un elemento de gran importancia ceremonial que marcaba el lugar tradicional en el que se aprobaban las leyes y se anunciaban pregones.
Después del año 1189, cuando Henry Fitz-Ailwin se convirtió en el primer alcalde de Londres, la ceremonia de inauguración requirió expresamente que el nuevo titular del cargo golpeara la piedra con su espada para validar su derecho a gobernar la ciudad.
No sabemos hasta qué época se remonta la tradición que vinculaba la piedra a una espada de autoridad, pero ciertamente ya era conocida cuando Robert de Boron escribió su libro.
La piedra de Londres
Contra viento y marea, esta antigua piedra aún sobrevive, y la tradición local la vincula de hecho al rey Arturo. Conocida como la Piedra de Londres, fue retirada del camposanto cuando se reconstruyó San Pablo tras el Gran Incendio de Londres de 1666.
Más recientemente, y durante muchos años, la piedra pasó inadvertida y fue casi olvidada, colocada en el interior de un nicho abierto en el muro de la librería que hay enfrente de la estación de Cannon Street, donde quedaba prácticamente oculta por una rejilla de hierro.
El edificio está siendo demolido en la actualidad para construir uno nuevo en su lugar, y por esta razón la Piedra de Londres ha sido trasladada al cercano Museo de Londres.
Se trata de un bloque de piedra caliza cuyas dimensiones aproximadas son 53 x 43 x 30 centímetros, desprendido de lo que habría sido en el pasado un elemento sin duda de mayor tamaño.
El museo ha confirmado que la piedra podría muy bien ser de origen romano, lo que la haría lo suficientemente antigua como para haber estado en el camposanto de la catedral en la época en la que supuestamente vivió el rey Arturo.
Anglos y Sajones
La sorprendente idea de una espada incrustada en un yunque colocado sobre una piedra podría explicarse por una antigua mala traducción, o por una confusión a la hora de interpretar las palabras. Arturo habría combatido con éxito a los invasores anglosajones, en un principio dos tribus separadas —anglos y sajones— procedentes del norte de Alemania.
La palabra latina para roca o gran fragmento de piedra es saxum, un término que suena de forma muy similar a “sajón”. Este hecho, junto con la similitud del nombre “anglos” (en inglés angle) con la palabra “anvil” (yunque en inglés), podría explicar el origen de esta extraña imagen.
Si la leyenda sostenía que Arturo “sacó la espada” — en otras palabras, “entró en combate” — de angle y saxum (“anglos y sajones”), es posible que en algún momento durante la agitación que siguió al colapso del Imperio romano en el siglo V y la consiguiente ausencia de documentos escritos, las tradiciones orales se volvieran algo confusas.
Para la época de Robert de Boron, el relato de Arturo arrebatando la iniciativa a anglos y sajones podría muy bien haberse transformado ya en la historia del mítico rey extrayendo la espada de poder de un yunque colocado sobre una piedra.
Excalibur
Excalibur es otra espada completamente diferente. En los relatos artúricos medievales, Merlín lleva a Arturo a un lago donde éste recibe la prodigiosa espada de manos de una ninfa de agua conocida como la Dama del Lago.
Y cuando el rey finalmente yace moribundo en el campo de batalla, Excalibur es arrojada a una laguna encantada donde la Dama del Lago la empuña para acto seguido arrastrarla consigo hasta el fondo bajo las aguas.
Esta leyenda probablemente tuvo su origen en la antigua práctica céltica de arrojar valiosas pertenencias, como por ejemplo espadas, a lagunas y lagos sagrados como ofrendas a la diosa del agua. Los arqueólogos han descubierto numerosos objetos de este tipo: por ejemplo, del lecho del lago desecado de Llyn Cerrig Bach situado en la isla de Anglesey, en el norte de Gales.
Los expertos creen que las espadas de los guerreros eran arrojadas a estas aguas sagradas en los funerales para garantizar al espíritu una travesía segura al más allá.
Una espada histórica
Quizás el error más habitual de Hollywood a la hora de mostrarnos la espada de Arturo, sea Excálibur o cualquier otra, como por ejemplo la que estaba clavada en la piedra, es el de presentárnosla como una larga espada medieval, del tipo llamado habitualmente por error “espada ancha”.
Hacia el año 500, la época en la que la leyenda sitúa la historia de Arturo, las espadas eran por lo general mucho más cortas, con una guarnición mucho menos prominente, como por ejemplo la spatha, espada habitual de la caballería romana de entonces.
La ‘spatha’ era empleada básicamente por la caballería para aniquilar al enemigo desde el caballo, más que para los duelos de espadas habituales en las películas. Parece ser que la spatha fue adoptada como espada ceremonial por los britanos en la época posterior a la dominación romana, de modo que si existió históricamente el rey Arturo su espada muy probablemente era de este tipo.
Así pues, cuando vea la nueva película sobre el rey Arturo que sin duda promete ser un éxito de taquilla, El Rey Arturo: La Leyenda de la Espada, quizá pueda entretenerse tomando nota de cuántos aspectos de la “leyenda” son fieles al relato original, o al período histórico en el que se enmarcó en un principio la leyenda.
En la página web de Graham Phillips grahamphillips.net puede encontrar más información sobre la investigación del autor acerca de las leyendas del rey Arturo, además de en su libro The Lost Tomb of King Arthur (“La tumba perdida del rey Arturo”). Imagen de portada: Espada en la piedra (CC BY-SA 2.0), y bosque encantado (CC BY-NC-SA 2.0); composición. Autor: Graham Phillips. Este artículo fue publicado originalmente en www.ancient-origins.net y ha sido traducido con permiso. foto agencias