Ricardo Anaya el perdedor, nunca ha ganado una elección

Agustín Dorantes es un fracaso, pero en algo ha tenido éxito, su informe administrativo sirvió para que el senador plurinominal Ricardo Anaya compareciera ante la prensa, opacando el evento de su “compañero” de partido y escaño.

Lo más importante del informe de Agustín Dorantes fueron las declaraciones de Ricardo Anaya, que fue el político más buscado, tal vez porque no asistió Pancho Domínguez.

Se dio vuelo declarando y dio para la especulación; aunque él dijo que descarta su candidatura, no le creen nada, y muchos lo ven como el “fuerte” a la gubernatura en el 27, lo consideran la mano que mece la cuna en el panismo nacional, lo toman como el aspirante más fuerte.

Anaya es un espejismo, es el rival más débil para Morena, nunca ha ganado una elección, ni propio ni ajena. El anayismo en Querétaro está representado por personajes como Toño Rangel, Felifer Macías, Memo Vega, Roberto Sosa, Pepe Báez, Estrella Rojas, por mencionar a algunos, y muchos del bloque anayista ligados también a la delincuencia organizada, unos, otros acusados por despojo, otros con el signo de corrupción en la frente, ese es el anayismo en la entidad.

Igual Anaya representa intereses empresariales e inmobiliarios muy poderosos económicamente hablando, bueno hasta el inmueble donde se encuentra el IEEQ es de él y sus amigos y familiares empresarios. Ahora en sociedad con la dirigencia nacional – Jorge Romero del cártel inmobiliario de CDMX- metidos en negocios inmobiliarios, con la complicidad del municipio de Querétaro.

No es peor ni mejor que el panchismo o el kurismo, pero estamos hablando en este momento de Ricardo Anaya.

Lo mejor que le podría pasar a Morena es que el PAN pusiera de candidato a Ricardo Anaya para la gubernatura, porque el senador plurinominal nunca, pero nunca ha ganado una elección, es tan perdedor que desde que llegó al PAN nacional su partido ha perdido casi todas las gubernaturas, las diputaciones federales y el senado.

Mientras que su acérrimo rival el exgobernador Pancho Domínguez ha ganado todas sus elecciones en las urnas, el llamado “Cerrillo”, Ricardo Anaya las ha perdido todas.

Sus críticos lo tildan de frío, ambicioso y traidor; tiene enemigos serios por esas “virtudes”, empezando por los expresidentes Felipe Calderón y Andrés Manuel López Obrador, seguido por Claudia Sheinbaum, por Gustavo Madero, Pancho Domínguez, y la lista es larga, muy larga. Sus simpatizantes -los que se han enriquecido a su lado- lo admiran, tiene sus qromadores.

Anaya conocido como “El Cerillo” debido a su cabellera pelirroja que ya se quitó, tiene una historia de derrotas, contrario al mito que ha vendido mediáticamente, es un fracaso, con grandes recursos políticos y económicos, pero perdedor.

Solo se los recordamos para que no se olvide, pero en el año 2000, Ricardo Anaya se afilió al PAN y también decidió lanzarse por primera vez a ser candidato por una diputación local en Querétaro. La campaña fue un fracaso: el joven de 21 años resultó derrotado por el PRI con apenas 25% de los votos a su favor.

Querétaro recuerda que, en 2009, hacia finales del gobierno de Garrido Patrón – su mentor político, el que privatizó el Acueducto II, tiro el CRIQ a Ignacio Loyola y persiguió periodistas- Anaya anunció que otra vez se lanzaría como candidato a diputado local, pero marcado por su primera derrota electoral tomó una salida fácil: se colocó como plurinominal; no se arriesgo a salir a buscar el voto que le fue negado nueve años antes.

Oportunistas, llegó por la misma vía pluri a la Cámara de Diputados en septiembre de 2012, bajo el cobijo de Calderón y el entonces líder nacional del PAN, Gustavo Madero, al que después traicionaría.

Para 2014, llegó a la Secretaría General del partido y, al poco tiempo traicionando a Madero, quedó como presidente interino, donde comenzó a planear su candidatura presidencial.

Su segundo intento por ganar una elección ocurre precisamente este 2018, cuando Anaya busca ser presidente de México por el llamado Frente por México, integrado por PAN, PRD y Movimiento Ciudadano. Fue un fracaso, ganó por poco margen solo en dos estados y en Querétaro, gobernado por Pancho Domínguez, AMLO le dio un repaso del que aún no se recupera.

Pero vino a Querétaro a opacar al de ya de por si opaco Agustín Dorantes, levantó polvareda, y hasta dijo que Pancho es su amigo, pero Pancho y todo el PAN, saben que desde que Ricardo Anaya está en ese partido no ha ganado una, y desde que tomo por asalto la dirigencia nacional el blanquiazul ha perdido todo: casi todas las gubernaturas, de 18 le quedan 5, la mayoría calificada en cámara de diputados federal y en el senado.

Con todos los antecedentes de perdedor lo quieren vender como lo que quiso ser y nunca fue: el joven maravilla, como lo bautizó, a cambio de un chayo, López Dóriga.

Si Ricardo Anaya es el candidato, si la dirigencia nacional del PAN mete mano en la designación del candidato, si no dejan en manos del panismo queretano, de los grupos locales, la decisión de designar al que puede ser gobernador, entonces el PAN puede estarse despendiendo y prepararse para una tercera alternancia, a entregar el poder, o por lo menos la administración estatal, a Morena, y ahí sí, a cualquiera que sea el candidato o candidata guinda, si no al tiempo.

Diálogos en el Infierno / por El Demon.

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