¿Qué hacemos con López Obrador?
¿Qué hacemos con López Obrador?
El Jicote, Por: Edmundo González Llaca
Lunes 15 de julio de 2024
Es sabido que cuando los autócratas dejan las columnas brillantes del poder se les van irremediablemente las cabras al monte, el ejemplo más claro es Santa Anna, en una de esas treguas que salía corriendo de la presidencia fue a recalar a Nueva Orleans.
Su esposa lo observó como se desplomaba en una depresión mortal. Preocupada decidió levantarse de madrugada e ir a los barrios bajos a reclutar indigentes, quienes por un dólar llegaban a la ventana de la casa que habitaba Santa Anna y lo despertaban bajo el coro: “Querremos ver a su majestad”; “Querremos ver a su majestad” Santa Anna abría los ojos y se deleitaba unos minutos escuchando esa música celestial, llamaba a su esposa y le pedía que les dijera que hoy no los podía recibir, pero que regresaran al día siguiente. Durante el día su Alteza ya la pasaba tranquilo.
La anécdota histórica viene a colación, porque un temperamento narcisista como el del Presidente, no resistirá el hecho de dejar los pódiums y quedarse en su rancho platicando con las ceibas y buscando entre los pajaritos, uno en particular con el que platicaba Hugo Chávez y Maduro. Muy difícil será para él sentirse sin la necesidad de decir mentiras. Necesita reflectores y micrófonos es la canasta básica de su egocentrismo. Con un poco de mala leche, pero poniendo mi granito de arena para que nuestro Presidente no resbale en esos delirios, con todo respeto hago las siguientes sugerencias.
Para que no extrañe la mañanera se le podría dar la responsabilidad de difundir todos los días el estado del tiempo. Aunque no estoy seguro que ese sea lugar adecuado, cuando estaba a punto de llegar a Acapulco el huracán Otis, reconoció que con anticipación le advirtieron las oficinas meteorológicas de México y Estados Unidos de su gravedad y que alertara a la población, pero aceptó que deliberadamente no lo hizo, pues: “Venía muy cañón”. Mejor habrá que distraerlo de otra manera.
Como el Presidente sabe de todo, podría abrir una plataforma en la que responda las más diversas dudas, una especie de Google de Macuspana. Le podrían preguntar de todo, por ejemplo, cómo se hace un pozo petrolero; cómo resolver el problema del sargazo en las playas; cómo organizar presupuestos; cómo construir refinerías anfibias; Cómo responder preguntas sobre la corrupción en su gobierno simplemente diciendo: “Nosotros no somos iguales”. No respondería a la pregunta de cómo hacer política y gobernar, porque eso es, como él dice: “Demasiado fácil”.
Como necesita el aplauso de sus simpatizantes y bien sabe que son tan escasos, que ya no quiere ni arriesgarse en exhibirse en vuelos comerciales al dejar la presidencia, mejor recibir el apoyo entusiasta en lugares cerrados y con asistentes muy bien controlados, como por ejemplo en la Cámara de Diputados, donde se presentaría durante varios días para develar las placas que han sido su narrativa sexenal. Debajo de la “Patria es Primero”, podría poner. “No me vengan con el cuento de que la ley es la ley”; Al diablo con las instituciones “ Nosotros tenemos otros datos”; Aquí a las iniciativas presidenciales no se les cambia ni una coma.
“La mayor prueba de que las instituciones funcionan con gente que tiene 90 por ciento de lealtad y diez de capacidad, es esta Cámara”.
Ya existe todo una corriente en Morena para recordar con un día festivo el triunfo de López Obrador en las urnas, para dejar huella en el calendario se podría establecer el día de “Abrazos no balazos”, para abrazar al narcomenudista que esté cerca de su corazón.. Se podría inaugurar el Día del Migrante Desconocido, por su aportación al triunfo de las elecciones presidenciales. En la época de inundaciones y lluvias se podría recordar la frase: “Primero los pobres”, Se celebraría el Día de ¿Cuánto gana Loret? Además de actualizar los ingresos del periodista, se festejaría dando a conocer los impuestos y domicilios personales de los periodistas que todavía critican al ex Presidente.
En fin, uno de los grandes retos de la Presidenta electa será como entretener a López Obrador para que no quiera regresar por el bastón de mando que le prestó. Tal vez lo mejor sería regalarle un viaje gratis a Disneylandia, en compañía de todos sus hijos. Como los vecinos tienen muchas dudas sobre la relación familiar con los narcos y algo les quieren preguntar. La ventaja sería que el viaje no sería tan caro, pues sólo se les pagaría el avión para viaje de ida.
con López, con López, con López, con López, con López, con López, con López, con López, con López
El Jicote, por Edmundo González Llaca.
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