Espectáculos

Las confesiones sexuales de Burt Ward interpretando a Robin

Burt Ward, el actor que interpretó a Robin, el Joven Maravilla -y que hoy cumple 76 años- suele recordar sus días de fama con humor y anécdotas increíbles.

Es el Robin más conocido, el Joven Maravilla de la serie televisiva que triunfó en los años sesenta. Burt Ward, uno de los pocos del elenco original que aún vive, consiguió al inicio de su carrera, su papel más trascendente, casi el único. Alguien que no era actor y al que su primer personaje le cambió la vida. Pero que también dejó su figura tan asociada al universo Batman que después encontró pocas posibilidades.

Ward, al contrario de muchos de sus colegas, no vive ese rol que lo cristalizó como una condena, sino como una bendición. Agradece la exposición, la fama, el cariño de la gente y, en especial, el incremento exponencial de su vida sexual.

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Alguien le avisó que estaban buscando a un actor como él para una nueva serie. Amante de las historietas enloqueció cuando supo que iba a adicionar para Batman. Creyó que sus posibilidades eran buenas. Era chiquito, parecía tener menos años de los que tenía, gesto inocente y era muy ágil. Las condiciones para un Robin perfecto. Pero después se dio cuenta que las expectativas de quedarse con el rol no eran muchas. Una cuestión estadística: se presentaron 1100 candidatos. Cuando se enteró de este dato, Burt Ward decidió archivar sus ilusiones. Demasiados contendientes.

Pero llegó el llamado de los productores. Debería enfrentar una prueba de cámara definitiva. Junto a él estaba uno de los candidatos a interpretar a Batman, Adam West. Unas horas antes otra dupla había sido probada: Lyle Waggoner (después tuvo una larga carrera en el Show de Mary Tyler Moore y La Mujer Maravilla) y Peter Deyell. Los elegidos, ya sabemos, fueron West y Ward.

Bert Gervis -su verdadero nombre- no era trapecista como su personaje. Sus padres tenían un espectáculo de patinaje sobre hielo que recorría Estados Unidos y él integraba la troupe. Su conexión con el mundo del espectáculo se dio naturalmente. Apenas comenzó a acudir a castings decidió cambiar su nombre artístico. Bert se transformó en Burt y como su apellido le parecía complicada de pronunciar lo cambió por el materno.

Robin

La serie tuvo tres temporadas. Las dos primeras fueron enormemente exitosas. En total 120 capítulos entre 1966 y 1968. Los protagonistas se convirtieron en estrellas. Tenía un nuevo lenguaje. Camp, pop, humor, aventuras, las onomatopeyas; todo en colores fuertes y un aire inocente.

“Uno actúa, dice sus líneas y tal vez entre una escena y otra pasan horas. Así se pierde perspectiva. El día que emitían el primer capítulo nos dejaron salir antes de la grabación para que lo viéramos en nuestras casas. La expectativa era enorme. Cuando vi la presentación, me vi dibujado, vi esos colores y escuché la música de Neal Hefti, no podía creerlo. Luego estaban las peleas, los carteles con las interjecciones. Supe que teníamos un éxito, que mi vida había cambiado”, contó Ward.

El papel de Robin tenía algunas diferencias con el personaje del cómic. Su origen. En la serie no había margen para el pasado oscuro, para un chico huérfano tras la muerte violenta de sus padres. Así Robin, el Joven Maravilla, era el ladero de Batman pero sin mayores explicaciones.

Robin

Batman apareció por primera vez en la edición 27 de la revista Detective Comics. El personaje fue un éxito inmediato. Un superhéroe sin súper poderes. Un justiciero con un lado oscuro, con dos caras. No se permite usar armas de fuego (nos enteraremos después que por el recuerdo a lo sucedido con sus padres), ni asesinar. Pero sí puede hacer daño y desplegar su crueldad contra sus enemigos.

El nuevo superhéroe provocó tanto impacto que los guionistas continuaron durante unos números con las aventuras sin detenerse a explicar su pasado y sin molestarse en agregarle personajes a su alrededor. Por el momento no les hacía falta. Hasta que contaron el asesinato de sus padres y le sumaron a Alfred, el mayordomo discreto y leal. En el número 38 se incorporó alguien más. El anuncio estaba ya en la tapa. La presentación prometía: El Joven Maravilla. En el sector izquierdo, imperturbable como siempre, Batman. A su lado, entrando como una aparición de circo, atravesando un aro cubierto con un papel que destroza con su irrupción, Robin, su nuevo ladero.