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Menos Mal que comenzaron las lluvias atípicas

Menos Mal que comenzaron las lluvias atípicas, por Samuel Pérez Rios.

Después de un inicio de mayo muy caluroso y seco, se comenzaron a dar las primeras lluvias en el estado, siendo bienvenidas por los cerros, los campos y desde luego por toda la comunidad agropecuaria y el sector primario, pero también llegarán las lluvias atípicas, como suele llamarse últimamente a los fenómenos que suelen tomar mal paradas a las autoridades.

¿Pero en realidad que son las lluvias atípicas y que representan?

Este «nuevo fenómeno natural» comenzó a designarse así en los años ochentas cuando en nuestra querida capital bastaba solo un estornudo de San Pedro para que todo el Centro Histórico se inundara de manera colosal, en esos ayeres gobernaba el PRI con Mariano Palacios Alcocer y aun que las inundaciones en Querétaro llevan muchos años más (léase siempre por la falta de un adecuado sistema de drenaje pluvial) el término lluvias atípicas, ayudaba a la administración en turno a tapar en una mínima parte el no estar preparados al cien por ciento para un chubasco.

 

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Querétaro capital es una región privilegiada por la naturaleza, no sufrimos terremotos, no nos llegan huracanes, no nos afectan las nevadas, no tenemos sequias extremas, no tenemos tornados, en fin, podría decirse que estamos en la región donde nos llegan pocos desastres naturales.

Lo que más nos llega a afectar son las lluvias y esto se debe a varios factores, pues aun que las administraciones han tratado de implementar la infraestructura necesaria para hacerle frente a dichos eventos, siempre son los protagonistas.

El día de ayer, como ya es costumbre los afectados fueron los vecinos de Peñuelas y Menchaca, quienes una vez más vieron como al agua no la detiene nadie y en el cauce de una bajada natural de agua la lluvia arrastró vehículos, tiró bardas y desprendió una irrisoria capa de pavimento que tapaba el empedrado original de las calles.

Más arriba en las colonias de Villas de Santiago y sus alrededores las inundaciones afectaron varias calles dejando incomunicados a cientos de ciudadanos.

Pero la culpa no la tiene el indio, sino quien lo hace compadre. la ciudadanía sigue con su empeño de tirar basura en las calles y drenes, que de por si no tienen ni tendrán la capacidad suficiente para controlar los cauces tan grandes que forma el agua en dos o tres ocasiones al año.

Cuando menos en lo que respecta a bajadas naturales de agua, el problema se presentará periódicamente sin que exista una forma real de controlarlo, pues contra a fuerza de la naturaleza nada se puede hacer, el agua de manera natural buscará su cauce y siempre llevará la de ganar.

Para los vecinos no es tema nuevo, el agua ha arrasado con casas, personas, muebles e incluso en una ocasión hasta el mercado se llevó, pero dicen no tener otra opción que continuar habitando la zona.

Esto continuará sucediendo durante muchos años más y seguirá siendo tema de conversación y controversia sobre todo en épocas electorales, lo cierto es que aun que en zonas de la capital ha mejorado la red de drenajes, la gran mayoría de las colonias no cuenta con la infraestructura necesaria pues a los desarrolladores poco les interesa este tema para hacerle frente a nuestro mayor desastre natural en la entidad.

 

Zenea

 

 

Menos Mal / Por: Samuel Pérez Rios.

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