Los definidores.
Los definidores (Continuación).
Pulso, Por Andrés González Arias.
Viernes 18 de julio del 2025
Ser un partido político, cualquiera que sea, no implica a fortiori, la supresión de las diferencias.
Si bien es cierto que los partidos políticos para triunfar deben tener cómo máxima el dogma de la unidad, esto no significa que se traduzca en unanimidad.
La generalidad de los partidos carecen de liderazgos; no son líderes solo por tener un cargo público, sino porque, desde su cargo, sea partidista o de representación popular, conduzcan con claridad o a un partido, a un estado o a la nación misma.
Hoy, el partido Morena, tiene su fuerza en sus liderazgos, porque tienen el poder público del gobierno.
Esto es parte de la formación que el país ha tenido por muchos años, por muchos siglos y lo sabemos desde los aztecas que tenían a su tlatoani; lo hemos visto con toda claridad en lo tiempos hegemónicos del Partido Revolucionario Institucional PRI; lo estamos viviendo ahora con los presidentes de Morena, con Andrés Manuel López Obrador y ahora con la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo.
En el PRI se castigaba, en un principio, la desobediencia; cuando este partido comenzó a descomponerse, la obediencia partidista les valió a muchos de ellos – no a todos – un soberano cacahuate.
El partido Morena, por ahora, ha venido sumando y, como en el PRI, el mandamás absoluto, sigue siendo el «Señor Presidente» de la República o, en esta caso, la señora presidenta.
Para los aspirantes a gobernador en las 16 entidades que tendrán elecciones en el 2027 – y entre estos está Querétaro – no habrá otra definición más que la voz de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo. Así también será para Querétaro. Claro y desde luego, previa consulta con las fuerzas políticas locales, el análisis de las casas encuestadores. Por supuesto que esta decisión no se toma por ocurrencia.
El «Señor Presidente» en tiempos del PRI, nunca se equivocaba; en los tiempos actuales, con una sociedad más crítica, más preparada y participativa, si se equivoca la presidenta en designar al candidato a gobernador – como ya ha pasado – los daños de esa definición los resiente el pueblo, el pueblo «bueno y sabio» pero no el primer mandatario.
Además y hablando claro, a la señora presidenta ¿ Quién lo podría decir que su elegido no es buen candidato?
Su palabra, en los 16 estados de la República que tendrán elecciones, será ley. Eso usted lo puede jurar. Y este candidato o candidata, va que va.
Así será también en Querétaro y con este partido. No lo dude usted ni tantito.
Y ni siquiera le podremos oír a la electora número uno lo siguiente: «Por mi parte asumo toda la responsabilidad de mi decisión». El poder público obnubila, ensorbervese pero también corrompe políticamente. El poder absoluto corrompe absolutamente.
¿Quién pues, en su sano juicio, se le podría oponer a la presidenta?
Y si no, al tiempo.
Andrés González Arias
Periodista de toda la vida, egresado de la escuela Carlos Septién García, catedrático en la Universidad de Guanajuato, analista político en radio y prensa escrita, además de Premio Estatal de Periodismo en el 2000.
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