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¿Ya conoces la Zona arqueológica de Ranas?

Sitio arqueológico «Ranas» ven a conocer éste paraíso cultural. Se estima que las estructuras del sitio arqueológico Ranas pertenecen al Epiclásico 600-900 d.C.

Ranas, en un contexto de bosque mixto de pino-encino se localizan las ruinas de esta ciudad lo que le da una forma especial e inolvidable a su visita, ya que en la restauración de los elementos arquitectónicos se ha buscado armonizar con el medio ambiente que permitió su conservación.

La ciudad se encuentra a una altitud de 2 400 metros sobre el nivel del mar, con clima templado extremoso y en una región de relieve muy quebrado, en donde se desarrolló una de las manifestaciones culturales prehispánicas más notables del actual estado de Querétaro y de Mesoamérica.

Se estima que las estructuras del sitio arqueológico Ranas pertenecen al Epiclásico 600-900 d.C. Fue construido y habitado por pueblos desconocidos que se han llamado serranos, porque no se conoce ni como se llamaban. Se piensa que ese pueblo era muy austero, no muy desarrollado y su vida era dura. El sitio de Ranas se localiza en la frontera norte de lo que se ha denominado como Mesoamérica y al sur de Aridoamérica, que también se ha llamado zona de salvajes. Así se designa en un mapa del Tomo I de «México a Través de los Siglos».

Desde el siglo XVI hasta la conquista el sitio de Ranas fue ocupado por los llamados chichimecas, cuya cultura tampoco se considera muy desarrollada. En la zona también habitaron varios pueblos relacionados como los otomíes, pames y jonaces.

Aunque algunos designan esa zona como «otopame», como en la Sala etnológica del Museo Nacional de Antropología (MNA), pero en la Sala de Occidente la vitrina con objetos arqueológicos de la zona, se designa simplemente como «Sierra Gorda». El nombre de Ranas aparece en un mapa hasta el año de 1864 y la zona de Sierra Gorda no ha sido muy explorado arqueológicamente. Actualmente, no hay investigaciones arqueológicas en desarrollo en Ranas.

La sociedad serrana que generó la ciudad de Ranas poseía un grado de organización complejo, estratificado, con especialistas en diversas ramas económicas como son una élite político-religiosa, mineros y agricultores. Una de las condiciones que sirvieron de generador para el desarrollo de esta sociedad fue la concentración de los recursos minerales como el sulfuro rojo de mercurio o cinabrio.

El cinabrio fue un pigmento muy estimado en Mesoamérica porque era un símbolo de vida, al ser equiparado con la «sangre de la Tierra», de este modo, el control de los yacimientos y de la producción de cinabrio aseguró una posición estratégica en las redes de comercio mesoamericanas.

En la Sierra Gorda, y en particular en la ciudad de Ranas, se han localizado materiales originales e imitaciones de modas en: rasgos arquitectónicos, vasijas, conchas marinas y esculturas que tiene su origen en Teotihuacán, Tula, El Tajín, La Huasteca y en general la costa del golfo, siendo su vínculo más fuerte como esta última.

Desconocemos a detalle en qué fecha se inició la construcción de la ciudad, así como la de su abandono, pero los últimos trabajos de investigación ponen en relieve que Ranas y Toluquilla funcionaron como ciudades hermanas, aunque el carácter particular de cada una es diferente.

Ranas fue una ciudad planeada primordialmente hacia las actividades político-administrativas, al generar espacios más amplios y abiertos en su circulación, mientras que, Toluquilla actuó con un papel más centrado en el aspecto religioso y funcionó como un santuario a nivel regional, al planificar su circulación con una vista más restringida y controlada.

La ciudad se ha dividido en cuatro secciones, mientras que el recorrido solo toca parcialmente tres de ellas. La visita inicia en la sección de Ranas I, que se asienta sobre un brazo del cerro con dirección al este, y sobre el se han localizado tres canchas de juego de pelota, siguiendo el eje longitudinal de la meseta que tiene una extensión cercana a los 360 metros y un ancho promedio de 70 metros. Los juegos de pelota son abiertos y con templos que rematan uno de sus extremos; actualmente solo se han explorado parcialmente dos conjuntos de juegos de pelota.

El primero que se reconoce en la vista es el Juego de Pelota 3, que tiene una cancha de 47 metros de largo por 9 metros de ancho. El paramento norte que se encuentra restaurado muestra, en su cara interna, un perfil de muro en talud y el segundo cuerpo es vertical.

En su parte posterior se puede apreciar el sistema de muros escalonados para dar la superficie de la cancha y el volumen al paramento como una muestra del ingenio de sus constructores y dar el enlace entre dos cerros con este conjunto arquitectónico.

Siguiendo la visita rumbo al este, se localiza el Juego de Pelota 2 que se emplaza sobre una gran plataforma. Esta cancha mide 29.5 metros de largo por 8 metros de ancho; cuenta con sus paramentos laterales, el del lado norte es el que está más conservado. Muestra un esquema de tres planos, compuesto por una banqueta, un muro de talud, y un paramento vertical. Adosado a este paramento, se encuentra una habitación en la parte superior que fue saqueada.

El área conocida como Ranas II es una de las porciones con mayor volumen construido más visible del sitio. Se localiza sobre la porción noroeste del cerro y su desarrollo se dirige hacia la cima. El esquema constructivo antiguo denota gran maestría al modelar la superficie natural en una serie de desniveles con plataformas y muros de contención, sobre las que se adosan los basamentos de templos y casa-habitación, haciendo que el desnivel de 40 metros que hay con Ranas I no se aprecie en toda magnitud.

Este ordenamiento urbano encuentra su expresión espacial en el vestíbulo o patio hundido y la plataforma que da sustento al templo mayor sobre la cumbre. Este vestíbulo presenta con mayor claridad los elementos arquitectónicos que caracterizan a los grupos serranos: el manejo de las escalinatas semicirculares, los basamentos con talud y cornisa en saledizo. Esta moda se difundió a las regiones vecinas entre el 600 y el 900 después de Cristo.

Uno de los elementos arquitectónicos que apoyan la propuesta de reocupación de la ciudad por gente distinta es el Templo 16b, al frente del Templo Mayor, ya que no guarda relación alguna con la orientación de la plaza y tapa la visual del templo principal.

Se proponer que en el tiempo de su construcción, el sitio ya estaba en abandonado o había perdido relevancia el culto que se ahí se practicaba.

Horario de sitio

El lugar puede ser visitado de Lunes a Domingo de 9:00 a 17:00 horas, cuenta con servicios de custodios.

Teléfonos de contacto

T. (441) 293 5003

Localización

El sitio arqueológico se localiza al noroeste de la ciudad de Querétaro a una distancia de 154 kilómetros. Se llega a él por la carretera federal 120 hasta la población de Vizarrón de Montes. Sobre este camino, a 7 kilómetros al norte hay una desviación pavimentada a la derecha de 32 kilómetros que conduce a la población de San Joaquín. Más adelante, por una terracería de 3 kilómetros, se localiza la ciudad antigua de Ranas.

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