Columnas

No muros sino puentes. Por Bibiana Peréz Rios

No muros sino puentes

Por Bibiana Pérez Rios.- Estados Unidos, exactamente el 20 de enero del 2016 a las 11.00 horas. Un momento que todos ansiaban. Un momento en el cual algunos gritarían de emoción, otros se irritarían, o quizás sean víctimas de miedo, angustia, euforia, indignación, y en algunos casos, desesperación, pero nadie se enfocaba en muros o puentes. ¿Por qué? Desde que el hombre tiene razón, nos hemos percatado de que no todos somos iguales, cada quien tiene un punto de vista diferente, al igual que gustos, miedos, y demás. Sin embargo, lo que provocó las distintas posturas sobre la toma de presidencia de Donald Trump hace 5 años, fue nada más y nada menos que el lugar en donde hayas estado, ¿por qué tan simple?, si bien, la casa en la que vivas, las personas con las que te relaciones, la cuidad que pisas, el país al que perteneces distorsiona todo tu estilo de vida y sin duda alguna, también la posición que hayas optado en este momento.

Yo, como mexicana, aún sin estar enterada al 100% de la vida de la política en el mundo, estoy segura que todos los adolescentes e incluso niños hemos escuchado a nuestros papás, maestros, o a quien sea hablar sobre el famoso muro, si bien, me he percatado de que cada persona tiene una opinión e incluso versión diferente sobre el tema. Y en todo este tiempo, me pude dar cuenta de que no es más que cuestión de ubicación el estar a favor o en contra, ya que, ¿cómo es posible que, en 2353 km de distancia entre México y nuestros hermanitos estadounidenses, la perspectiva de vida cambie tan drásticamente? Como todos sabemos, el calendario, la política, el comercio e incluso el tiempo no son más que sistemas empleados por los humanos para una mayor factibilidad en la vida, un mejor orden, y en este caso, la geografía influye de manera especial, se nota cuando, de colonias a otras se escucha música diferente, o se habla totalmente distinto de un país que en otro, y en este caso, se piensa diferente acerca de Donald Trump.

Es decir, dejando de lado las culturas, las clases sociales o cualquier otro aspecto, todos tenemos el mismo fin, tener una vida plena, con uno que otro lujo y ser felices junto con las personas que queremos, todos somos y buscamos lo mismo solo que últimamente, en los últimos siglos, el humano se ha vuelto algo antipático con los demás hasta tal grado de tener que poner una barrera de un país a otro y, por otro lado, indignarnos todos los del otro lado de la misma, si bien, es un tanto molesta la opción que toma como definitiva Donald Trump por tratar de disminuir la migración de nuestro país, México, sin embargo, fue un aproximado de 48.178.877 las personas que fueron a cruzar ilegalmente a Estados Unidos en el año de 2015, según los datos de Expansión.

Centrémonos en todos aquellos hijos, padres, amigos, tíos, nietos de alguien que pusieron su integridad en riesgo y fueron en busca de una vida “mejor”, si ese es un número realmente pesado, ¿cuántos serían contando a los que no lo lograron? Todas aquellas vidas arruinadas por no hacer las cosas como están escritas, conseguir un pasaporte, dinero, visa, y un toque de inglés para conducirse a un destino maso menos seguro, sin tener que esconderse el resto de sus vidas. Es cierto que la mayoría omitieron dichos pasos no por mero gusto, sino por falta de dinero, apoyo, tiempo, cada quien, con su versión totalmente distinta, pero al final del día, inmigrantes. No está mal buscar superarse, ir en busca de algo mejor, algo nuevo, desde el punto de vista de los migrantes, el imaginar tener que abandonar a la familia, los rumbos, el ritmo de vida, la comida, costumbres, amigos, todo para poder encontrar algo mejor es difícil. Por ejemplo niños o incluso adultos se sienten abrumados por un cambio de casa, escuela, trabajo, eso sin dejar de lado todo lo demás, comenzar de nuevo, muy lejos de su antiguo lugar… no cualquiera lo hace. Ahora todos aquellos que su meta, por así decirlo era buscar vida allá, ¿Qué van a hacer al saber lo de Donald Trump? Tantas personas que van y vienen por sus empleos, tantas familias sustentadas por dólares estadounidenses, tantos que no pueden regresar de contrabando como de costumbre para regresar a sus casas. ¿Se supone que se evaporarán con el aire? El muro puede traer innumerables problemas a México, tantos desempleos, inconformidad y a personas con hambre y mucho tiempo libre.

Viéndolo desde el punto de vista de los migrantes, yo digo que deja mucho en que pensar, ¿Quién se quedaría con los brazos cruzados en un país en el cual solo los ricos con el paso del tiempo se vuelven más y más ricos, y a su vez, los pobres, de igual manera, se vuelven más y más pobres?

“Los latinos son la fuerza que mueve a Estados Unidos” Rihanna, cambia totalmente la perspectiva cuando dejamos de lado nuestro “yo-yo” y nos damos cuenta de que no sólo México tendría problemas grandes con la construcción del muro, como bien lo expresa la famosa cantante Rihanna, los latinos somos los que movemos, los que hacemos el trabajo pesado, en un día normal en E.U. los latinos son aquellas niñeras, obreros, campesinos, empleadas domésticas, es decir, todo aquello que los estadounidenses han optado por dejarlo de lado, por mantenerlo en nuestras manos, y es ahí, cuando no hayan ni latinos para mano de obra, ni latinas que cuiden a sus niños, entre otras tareas en donde los ciudadanos de allá se darán topes con la pared. Mexicanos mueven bastante dinero estando allá, y, como lo decía la maestra de Metodología de la investigación “el peor error de los ignorantes es generalizar”, pues es así como se asume que todos los nativos de México son ladrones, narcotraficantes o bien, lo peor que le pudo haber pasado a Estados Unidos, eso tenemos más que claro que es totalmente erróneo, así como en todas partes hay personas trabajadoras las hay flojas, o como hay inteligentes hay torpes, como hay listos hay lentos, y demás, cada cabeza es un mundo, pero en mi opinión no cualquier persona se atreve a tal hazaña de encaminarse hasta allá, “brincar el muro” y vivir en estados unidos para robar, o buscar alguna alternativa para hacer dinero fácil. Es muy difícil que en la actualidad se den a tantas personas con un trabajo digno, uno que realmente cubra las necesidades básicas más un plus de las personas (como todos quisiéramos vivir) y eso no es nada fácil, por ejemplo, para nosotros los estudiantes, desde el saber qué carrera escoger, cuál universidad nos conviene, o incluso en qué contexto nos vemos dentro de 15 años. Es así como, en mi opinión, las personas que migran, por lo general, o por lo menos, mucho más de la mitad no van por mero gusto, sino por necesitad, lamentablemente, y es cierto que, así como México genera dinero para Estados Unidos, ellos podrán necesitar de uno que otro mexicano trabajando por allá.

Sin darle más vueltas al asunto, mi perspectiva es que ya se tiene una idea tan grande de los problemas desencadenados por el muro que la misma dimensión de este. O sea, lo primero que piensan es en Trump pidiéndonos dinero para construirlo y de igual manera a muchos mexicanos yéndoles mal por tratar de burlar la ley, como de costumbre, lamentablemente. Sin embargo, ya que es casi nula la posibilidad de que no siga en construcción dicho muro, como en todo, hay pros y contras, como bien dicen, “al mal tiempo buena cara”. Bueno ¿qué dicen los pros en este caso? en primera instancia, Estados Unidos es la primera fuente de obtención de armas para México, y no está nada mal un poco de ayudar para disminuir la violencia y tan grande tasa de muertes hoy en día, concentrándose principalmente en la parte norte del país. De igual manera, es precisamente en la frontera donde nuestros queridos cárteles se la viven paseando, haciendo y deshaciendo, subiendo y bajando; entonces, si les pones un poco de dificultad o bien, algo de complicado, disminuiría la venta de droga, los tratos chuecos, y demás actividades de los poderosos cárteles. Y ¿por qué no? Lo que ya tuvimos de benéfico con el famoso muro es que, esta es de las pocas ocasiones en las que México se une, comparten ideas y una misma postura. Y no sólo cuando se trata de buscar pleito, ni sólo cuando nos damos cuenta de que no nos van a salir igual las cosas, es decir, no sólo en lo malo debemos de unirnos, la idea de no construir muros sino puentes no tiene nada que ver con Estados Unidos, sino con México, tantas personas en el país, tantas mentes brillantes, tantos abogados, maestros, doctores, físicos, científicos, contadores, psicólogos y demás personas de suma importancia para el país, así sea la más mínima tarea aquí como ciudadanos deben darse cuenta que no necesitamos de ningún país para buscar una mejor calidad de vida, sino que nosotros la podemos construir, es decir, somos el segundo país emisor de emigrantes, siendo india el primero.

México lo tiene todo, y a la vez nada para dejar de ser un país tercermundista, dejemos de ser independientes de otro país, disfrutemos nuestra cultura, saquemos lo mejor de las tradiciones, explotemos lo mejor de nosotros mismos, descubramos de qué somos capaces, de todo lo que tenemos en frente, todos aquellos lugares tan bonitos de los que nos podemos inspirar para hacer cualquier cosa, construir todos juntos nuestro propio puente, que nos acerque con las mejores personas, no sólo de México, sino de todo el mundo, construyamos a México en un lugar del que nadie quiera emigrar y que si lo hacen sea por opción, no por necesidad.

No muros sino puentes. Texto publicado en el libro: V Encuentro de creación literaria 2019 «REBVELATE» Antología de obras de la Universidad Marista de Querétaro. Progreso editorial, páginas 213-216

No muros

 

Por Bibiana Peréz Rios

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