Casos y Cosas

Coraline novela basada en hechos reales

Coraline existió: la escalofriante novela basada en hechos reales, el autor, Neil Gaiman, ha asegurado que baso su novela en un extraño suceso en su pueblo natal.

Ciudad de México.- Coraline es una película que provocó un mar de pesadillas a varias generaciones de niños, a pesar de ser dirigida a un público inocente y pueril, el filme aborda temáticas sumamente oscuras, acompañadas por perturbadoras imágenes difíciles de olvidar.

Coraline es tan oscura que constantemente se le suele atribuir al director y productor Tim Burton, sin embargo esta película en stop-motion es en realidad una obra de Henry Selick, quien se basó en una historia del novelista y escritor de cómics Neil Gaiman, publicada en el año 2002, quien por cierto también es la mente detrás de la película Stardust del año 2007.

Coraline

La historia trata sobre una niña de 11 años, hija única que se acaba de mudar a una nueva casa con sus padres, quienes tienen un estilo de vida peculiar, mucho más liberal a la norma. Los padres comienzan a esclavizarse con actividades de jardinería y pronto terminan demasiado ocupados para pensar en su hija Coraline.

La niña, aprovechando estos momentos de distracción, encuentra una puerta para ingresar a otro mundo, en donde sus “otros” padres le dan un trato y vida con el cual ella se siente mucho más cómoda y querida, su “otra” madre es especialmente divertida.

En algún momento Coraline deberá decidir si su vida continuará en este “otro mundo” o en el real, sin embargo se dará cuenta que el precio de su estancia es muy caro, las relaciones son crueles en ese mundo, es curioso que las personas tienen botones en lugar de ojos.

Coraline no debe dejar que sus ojos reales se dejen engañar por la promesa de una vida brillante e idílica en la tierra del ojo de botón.

«Probablemente pienses que este otro mundo es un sueño hecho realidad. Pero estás equivocada», advierte el gato a Coraline.

La otra madre de Neil Gaiman

Coraline es una historia brillantemente espeluznante, tanto para niños como para adultos, aunque según Gaiman, son los adultos quienes la encuentran más aterradora.

En su novela, el autor también hizo un retrato de lo monstruoso que puede llegar a ser evadir la realidad. La película es muy apegada a la novela, sin embargo Neil Gaiman ha asegurado en varias ocasiones que se baso en una leyenda popular de su natal Hampshire, Reino Unido.

La historia trata sobre una anciana que cuidaba a su nieta recién nacida y huérfana, pues sus padres habían muerto en un incendio. La anciana sobre protegía a la niña por temor a perderla, al grado de que sus vecinos jamás habían visto a la niña salir a jugar.

La anciana comenzó a levantar sospechas por su crianza radical y varios niños se organizaron para entrar una noche a la mansión y poder conocer a la misteriosa niña. Sin embargo, los chicos se encontraron muy contrariados, al no ver ningún indicio infantil en la casa, únicamente vieron una cuna.

Al acercarse a ella, descubrieron horrorizados que había un cadáver quemado de un bebé con botones cosidos en la cuenca de los ojos.

Rápidamente concluyeron que la niña tampoco había sobrevivido al incendio, sin embargo, su abuela se aferraba a su cuerpo en una completa demencia. Tras contarle a sus padres, ellos mandaron recluir a la anciana en un hospital psiquiátrico.

La anciana quería llevarse una muñeca al hospital, asegurando que en ella habitaba el alma de su nieta.

La nueva madre

La otra madre se inspiró parcialmente en La nueva madre, una extraña historia de la autora victoriana Lucy Clifford.

El cuento de Clifford se ha vuelto a contar en colecciones de folklore como El tambor de la pera, y Alvin Schwartz lo renombró como «El tambor» en su libro, Historias de miedo para contar en la oscuridad.

La historia original narra la vida de dos hermanas, Blue-Eyes y Turkey. Un día, mientras están fuera, las hermanas conocen a una chica extraña con un instrumento aún más extraño. Ella lo llama «peardrum» y dice que hay un hombrecito y una mujercita adentro. Si toca el tambor, salen y bailan, y la mujer cuenta un secreto.

Las hermanas quieren ver bailar a los pequeños, pero la niña dice que sólo se los muestra a los niños traviesos. Así que las hermanas se fueron a casa con su madre y su hermanito, pero tenían tantas ganas de ver el pequeño espectáculo que comenzaron a portarse mal.

La madre las amenaza y les advierte que si siguen con esos comportamientos las dejará y enviará a la casa una madre, con ojos de cristal y cola de madera.

Las hermanas se espantan, pero también están seguras de que su madre está exagerando, así que van a ver a la chica extraña y su peardrum.

La niña les confirma que no existe una madre con esas características. Así que Blue-Eyes y Turkey deciden portarse mal; rompen todas sus tazas y tiran el pan con la mantequilla al suelo. Su madre se angustia y las castiga.

Cuando regresan con la chica extraña al día siguiente, ella les pide un comportamiento aún más transgresor, así que las niñas vuelven a casa para realizar más destrozos, Schwartz dice que golpean a su hermano pequeño con un palo y finalmente su madre las deja.

Así que regresan con la chica del peardrum por última vez y ella asegura que todavía no han sido lo suficientemente traviesas. Las hermanas se quedan solas en su casa vacía. Esperan y esperan, pero su madre no vuelve. En su lugar llega una madre de ojos de cristal

En la historia de Clifford, la “nueva madre” derriba la puerta y las niñas huyen por la parte trasera de su cabaña, hacia la oscuridad del bosque, donde todavía viven hasta el día de hoy escondiéndose de su “otra” madre.

Las tres historias convergen en que las “nuevas” y las “otras” madres son entes, los niños no pueden confiar en ellas, porque aunque es casi su madre, pero no del todo. Es casi enteramente humana y, sin embargo, no lo es.

Afortunadamente en Coraline, la protagonista encuentra la manera de escapar a la “otra” madre, mientras que en sus versiones anteriores, las niñas quedaron atrapadas para siempre en la otra aterradora realidad.

Fuente: Cultura Colectiva